La brisa llevaba, viento de lluvia y todos nerviosos nos mirábamos con la intención de preguntar: ¿saldremos este año...? Todos nerviosos menos tú Salvador; que sólo tenías nervios por mirarla, por llevarla despacio mecida a mecida, por acercarte a sus ojos en cada "levantá", y acariciar su alma con tu mirada, para decirle lo mucho que la quieres, tu manera. Para arrancarte del pecho mil piropos a tu Gente "Güena de Abajo”, y acincelar con cadencias antiguas del muelle de sal, a Bermudo, a Pilas, a Rivilla, a Andrés, a Galiano, a Rafa, a Arteaga o a Mejías...tú que tantas veces te has roto la voz en cada “Chicotá”, aquél Lunes Santo casi te rompes de verdad, y casi haces que yo me rompiera Papa....pero no fue así…
Fue aquel Lunes Santo, y en apenas segundos después de la primera llamada, te agarras al respiradero con la mano izquierda y sin soltar el llamador, en el mismo atrio de la puerta, te desvaneciste en mi brazos...cogiste la mía con firmeza y una frase salió de tus labios: "Salvi saca tú la Cofradía!...y en ese mismo momento todas las lecciones que desde los ocho años, cuando en un ensayo de “Los Negritos” me pusiste de contraguía con “el Vargas y Ruperto” me has ido recitando, todas las riñas y reprimendas; los consejos y advertencias y la forma de entender la vida y la Semana Santa. Todo me vino con claridad.....
Sereno, con compostura, y tranquilo porque delante de Sus Ojos nada malo podía pasarte, me dirigí frente al Llamador...y "Guadalupe" salió como si nada hubiera pasado. Con los cinco sentidos en el trabajo. Atento a la gente, cuidándola y asumiendo tu responsabilidad como mía...esa ha sido tu mejor lección para hacerme Capataz...enseñarme a asumir cual es mi responsabilidad; porque eso pensé Aquel Lunes Santo!...aceptar mi responsabilidad y llevarla con mimo como si fueras tú mismo.
De nuevo D.Salvador me diste una lección, la mejor lección que un hombre puede dar a otro, esa que cuentan las novelas y la leyendas, las de los libros e historias y tú en Plena Semana Mayor de Sevilla, le diste a tú hijo aquel Lunes Santo.Me enseñaste que todos debemos aceptar nuestra responsabilidad, tener compostura y palabra y que los pasos hay que mandarlos con el Corazón y el Alma....y uno debe confiar en su gente Siempre,Siempre,Siempre!
Lección aprendida Maestro!
Qué pena que no todos aprendieran esta lección que nos ofreció el Maestro, otros aprovecharon esta lamentable situación de debilidad para cesarlo y no darle ni la oportunidad de despedirse de sus costaleros ni de Ella, no creo que ninguno de ellos , puedan dormir tranquilos , yo por lo menos no podría.
ResponderEliminarDe aqui al premio Nobel de Literatura, casi no hay ná ¿cuando empiezan las votaciones y donde?, porque te veo madera,ja,ja,ja..
ResponderEliminarFuera de tonterias, me han parecido unas palabras de lo mas sinceras que he leido en bastante tiempo.
P.D. A ver si le dices a Papa, que escriba algo, como el sabe hacerlo aqui, a modo de despedida publica, de su cuadrilla de Guadalupe
Si señor es un verdadero placer leerte, por cierto a ver si escribes más a menudo
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